jueves, 21 de junio de 2012


 Texto de la  historiadora Milda Rivarola, de las 17 muertes que provocó el enfrentamiento entre policías y campesinos por un desalojo


La versión oficial indica que un grupo de 300 agentes entró a la hacienda de Blas Riquelme, ex senador del Partido Colorado, que estaba ocupada por la Liga Nacional de Carperos. Entonces, se supone que campesinos armados emboscaron a los oficiales e iniciaron el intercambio de disparos.   

"Hubo gran cantidad de versiones falsas. Las armas que tenían eran machetes, escopetas y algunos revólveres calibre 22 y 38, que son normales en el campo. No había armas de guerra, como se dijo. Probablemente hayan sido más los muertos", aseguró Rivarola.

"No hay antecedentes de ataques campesinos con armas. Sí hay más de 100 campesinos muertos en represiones de la Policía desde los años 90", agregó.

"La crisis social más grave de los últimos años"

Aún así, no debería sorprender a nadie. La situación de los campesinos paraguayos era cada vez más acuciante y las reacciones de algunas organizaciones parecían fuera del control.

"La cuestión agraria estaba agravándose y no fue tratada. Con la globalización hubo un salto muy grande en la economía agroexportadora, que aumentó el precio de la tierra y su concentración, dejando desprotegidos a los campesinos. Según el censo agrario de 2008, el 2,5% de las fincas detenta el 85% de la tierra. No hubo políticas de creación de empleo rural, de distribución de tierra, ni de fomento de la agricultura campesina en las últimas dos décadas", explicó la historiadora.

Más allá de una minoría privilegiada, que logró aliarse al mercado agroexportador y se modernizó, el efecto más evidente de estos cambios fue la expulsión de población rural. Muchos se fueron a países limítrofes, como Argentina. "El resto anda dando vueltas por ahí, va a las ciudades, vive en las villas miseria de las periferias urbanas o busca tierras a través de ocupaciones. No hay mucha salida, porque no se están creando empleos en el campo y las ciudades tampoco tienen generación de trabajo para esa población", precisó.

"El movimiento campesino está bastante fraccionado"

Las organizaciones más tradicionales son la Federación Nacional Campesina y la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas. Ambas, que en general utilizaron métodos de protesta pacíficos, decidieron establecer una tregua ante la asunción de Lugo, ya que había prometido una reforma agraria. "Y el acuerdo funcionó, porque hasta ahora era el Gobierno que había sufrido la menor tasa de ocupaciones de tierras de los últimos 20 años", contó Rivarola.

"Uno de los cuatro ejes del programa de Lugo era una reforma agraria integral, pero no hubo prácticamente nada. Desde el Ministerio de Agricultura tampoco hubo políticas serias de apoyo a las colonias, que son establecimientos campesinos creados en la década del 70, y que quedaron sin rutas, servicios médicos ni escuelas, y muy vulnerables frente a la pobreza y la miseria. Todo el mundo concuerda, oficialistas y opositores, en que la materia aplazada de este Gobierno es la economía campesina. No hizo nada porque eso lo habría hecho tocar el poder real de Paraguay, que son los terratenientes y el sector agroexportador".

En respuesta al incumplimiento de las promesas formuladas por Lugo, y ante la política de acuerdo planteada por las organizaciones tradicionales, nació hace dos años laLiga Nacional de Carperos, mucho menos pacífica y tolerante que las otras. "Es la fracción más radical del movimiento campesino. Apareció en San Pedro, que es un departamento pobre de la región oriental. Apelan a medidas de acción directa, corte de rutas, ocupación de propiedades que consideran mal habidas por haber sido distribuidas durante la dictadura de Alfredo Stroessner para premiar a la gente de su entorno. Su principal demanda es el reparto de tierras. Se llaman así porque toman un predio y se establecen en carpas".

Los carperos usurparon la hacienda del político colorado porque consideraban que, por cómo fue adquirida, debía ser sujeta a expropiación. "Riquelme la había usucapido. Es decir que se había quedado gratuitamente con la propiedad de 2 mil hectáreas, que antes le pertenecía al Estado".

El futuro

"El nuevo ministro del interior nombrado, Rubén Candia Amarilla, es del Partido Colorado, con lo cual, gran parte del Gobierno de Lugo es colorada ahora. Probablemente comience una política más intensa de represión sobre los campesinos, porque esa es la tradición de ese partido. Hay un proceso dederechización de la sociedad paraguaya y del gobierno", concluyó Rivarola.

El conflicto entre los campesinos, los grandes propietarios rurales y el Gobierno parece cada vez más intenso, y es poco probable que la remoción de un ministro o de un jefe de policía pueda cambiar la situación. En un país en el que al Estado le cuesta imponerse por sobre las partes y establecer las normas generales que se deben respetar, así como asegurar los derechos elementales para todos los ciudadanos, resulta difícil imaginar que situaciones como las del pasado viernes no vuelvan a repetirse.


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