sábado, 21 de abril de 2012

A la huelga compañera!


*Todas las generalizaciones se harán en femenino.

Alguien dijo alguna vez: "los impuestos son un robo a manos del gobierno", a lo que otra contestó: "si los impuestos fueran voluntarios, llevarían otro nombre". Los impuestos nos son impuestos por el  Estado que so pena de castigos nos impone el tributo que debemos pagarle para que políticos y burócratas vivan demasiado cómodamente a cambio de hacer poco más que nada.
Hoy día del impuesto que más se habla en la costa es la Contribución Inmobiliaria. Este impuesto se nos quiere cobrar por el mero hecho de tener un lugar donde vivir. ¿Suena absurdo, no? Es como pensar que se nos cobre impuestos por el aire que respiramos. La diferencia entre la contribución y un supuesto impuesto al aire es que al primero ya estamos acostumbradas y al segundo no.
Sabemos que parte del dinero de la gente es utilizado en cosas útiles como el arreglo de las calles, pero también sabemos que la parte volcada en estas cuestiones es mínima. La mayor parte va dirigida a sustentar los sueldos y los viáticos de los políticos.
Más allá de este absurdo, la razón por la cual se habla tanto de la Contribución Inmobiliaria por estas zonas es el reajuste hecho por la Intendencia de Canelones. ¡Hay vecinas que pagaban $180 y hoy día se les quiere cobrar $1800! La diferencia es realmente abismal.
Ya en otros momentos hubo problemas con la Contribución en Canelones y mediante el boicot y la lucha se logró revertir la situación. Tal vez algunas recuerden los años de Hackembruch cuando se hacía menos demagogia (como la fantochada de las 100 plazas progresistas!) y el robo gubernamental era más evidente aún. La cultura del NO PAGO se extendió de tal manera que, a no ser que hubieras firmado un convenio, no había forma de que la Intendencia tomara represalia contra las huelguistas, contra quienes decidían hacer una huelga de contribuyentes (no pagar) como forma de protestar contra el robo municipal.
Es positivo ver que en aquel momento, y más notoriamente en éste, surgen grupos de vecinas que, indignadas ante la actitud descarada de los políticos, buscan caminos de emprender la lucha. Así fue como se organizaron asambleas, cortes de ruta, volanteadas, etc.
Desde la SROA saludamos dichas medidas pues entendemos que la auto-organización horizontal y la acción directa, es decir la acción discutida, decidida y aplicada por las personas directamente implicadas, son las herramientas más propicias para la lucha social.
De todas formas en estas tierras existe un gran vicio: todo debe ser "dialogado" y "civilizado". Pero, ¿existe un diálogo real cuando no hay una igualdad entre las interlocutoras, cuando la palabra de una tiene más validez que la de la otra? Cuántos movimientos sociales, cúantas luchas hemos visto agonizar a causa de los famosos diálogos con empresarios y políticos. Éstos nunca nos escucharán realmente, sacarán sus cálculos y luego harán las promesas pertinentes... y tal vez, sólo tal vez, otorguen alguna consesión con el fin de calmar las aguas.
Pero existen más caminos. Tenemos la fuerza para dar vuelta esta realidad, tan sólo tenemos que desearlo y comenzar. Una gran huelga de contribuyentes, por ejemplo, sería algo realmente notorio y tendría mayor impacto que una comitiva en el parlamento. Pegar juntas, pegar poco, pero pegar donde les duela.
Si quisieramos podríamos incluso hacer números y ver que los supuestos beneficios sociales que pagamos mediante impuestos nos costarían menos si lograramos auto-organizarnos en nuestros barrios para poder gestionar los temas de la basura (clasificando, reutilizando y buscando soluciones para el desecho en lugar de amontonarlo en Cañada Grande), vialidad, saneamiento (el baño seco es barato, higiénico y enriquece la tierra), etc.
Sabemos que no es sencillo, pero eso no quiere decir que sea inviable... Como dijimos más arriba: tenemos la fuerza para cambiar nuestra realidad, tan sólo hace falta desearlo y comenzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario